PERDIDO
En aquel rincón del alma
todas las esquinas se juntaban
sólo daban paso al callejón
sentado en el banco
miraba el paso de la gente
ajena a la soledad del niño
perdido en el bosque de asfalto
hasta tal punto las esquinas se juntaron
que quedó mirando el paseo
-abrigos de astracán
zapatos a tiras de colores
cuellos almidonados-
embobado
para siempre emparedado.
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