VIDA 2.0
Habito un muro.
Vivo en él.
Diariamente hago pintadas y escribo desordenadamente en sus paredes manchadas de huellas.
Lo alimento con
retazos, pensamientos, imágenes, reflexiones;
todas las cosas que provienen de mi otro muro. Del tangible. Del real. ¿Ó será que el real es el intangible?
Lo mantengo como un pequeño jardín porque, incomprensiblemente, está repleto de vida.
El muro dispone de un sinfín de ventanas que dan a otros tantos miles de muros.
La vida de sus habitantes se escapa también diariamente por sus rendijas.
Yo me asomo y observo, discreto.
Y compruebo que también hay soledades, inquietudes, miserias, alegrías, esperanzas y tristezas, igual que en mi pequeño muro.
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