lunes, abril 21, 2025

Joaquín Lera

 La guitarra de Picasso

no me hace caso.
La saco de paseo
y no me sigue el paso.
Intento afinarla
y se mete en un atasco.
La miro y se ríe.
La toco y se mofa.
Esta guitarrita está un poquito loca.
Le falta una coda, un silencio, un tornillo.
Un acorde, una escala, un bemol, un puntillo.
Un Do Re Mi Fa Sol que la saque brillo.
La guitarra de Picasso
llegó con retraso.
Pero me divierte.
Me lleva al parnaso,
donde la música, la poesía y este humilde payaso,
somos aves de paso,
intentando acariciar al mundo,
desde el alba hasta el ocaso.



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