"Muestra cómo somos, pero con humor y con amor"
En su estreno fue maltratada por la crítica, pero hizo resonar algo en el público que la convirtió en un clásico. La actriz que encarnó a Nora analiza su vigencia y recuerda una filmación en la que hubo puro disfrute.
El 6 de mayo de 1985 se estrenó comercialmente Esperando la carroza, dirigida por Alejandro Doria y protagonizada por una genuina selección nacional de artistas: Luis Brandoni, China Zorrilla, Antonio Gasalla, Julio De Grazia, Betiana Blum, Mónica Villa, Juan Manuel Tenuta, Andrea Tenuta, Lidia Catalano, Cecilia Rosetto, Enrique Pinti y Darío Grandinetti. La historia, perteneciente al grotesco criollo, está basada en la obra de teatro homónima, del uruguayo Jacobo Langsner, estrenada por la Comedia Nacional de Uruguay en 1962 y dirigida por Sergio Otermin. La versión y adaptación cinematográfica argentina contó con el guion de Langsner y las adaptaciones de Doria.
El film, que recibió malas críticas en su momento, se metió en el corazón popular con frases y latiguillos que aún se pronuncian. Mostró con humor irónico temas sensibles como el menosrpecio a la ancianidad en las familias, las diferencias de clase y generacionales y la hipocresía de la clase media argentina, y reflejó la idiosincrasia argentina a través de una sátira que incluye comentarios sociales sobre la realidad de los años 70 y 80, entre otros tópicos. Dejó personajes imborrables como la Mamá Cora de Antonio Gasalla y hoy es considerado un film de culto, incluso con un grupo de "carroceros" que sostiene encuentros periódicos.
A cuarenta años de su estreno, Esperando la carroza se podrá ver nuevamente en los cines de Buenos Aires a partir de este jueves 8 de mayo. Página/12 habló con Betiana Blum, cuyo personaje fue Nora, casada con Antonio (Luis Brandoni). Ambos son los nuevos ricos de la familia, quienes ascendieron económica y socialmente en circunstancias turbias durante la dictadura cívico-militar. Blum vive el cumpleaños de esta película tan icónica, con reestreno incluido, "con mucha alegría". "Yo creo que es lo que más define el estado. Me da mucha alegría todo lo que pasa porque, por supuesto, amo la película por lo que representa Alejandro Doria, que en mi vida ha sido muy importante por todas las cosas que hemos hecho juntos, y Jacobo Langsner, que yo creo que no está valorado en el genio y en la amorosidad que tuvo este hombre", señala la actriz.
-¿Y por qué creés que la película quedó siempre en la memoria de los argentinos?
-Yo creo que la película, como todo lo que tiene equilibrio, se para en tres patas. La primera es Jacobo Langsner y la genialidad de este hombre, el sentido del humor, la ternura. Y todo lo que tiene porque si fuera una crítica del ser humano, como hay tantas revulsivas, obviamente no querrían verla por segunda vez ni locos. Pero cuando es algo que tiene de entrada un guión como el de Jacobo Langsner y luego la visión de Doria, resulta muy bueno. Doria también supo cómo contarla y recuerdo todas las cosas que elaboraron juntos, que fueron agregando, como el personaje de Gasalla. Todo lo que se hizo fue un acierto, y la forma en que la contó. Y después, un grupo de actores que sabíamos la letra a la perfección, nadie vino a enterarse, se entendía el texto. Y el grupo de actores estuvo totalmente al pie del cañón.
-¿Con qué creés que se identificaron los espectadores para que permanezca en la memoria colectiva después de cuatro décadas?
-Porque muestra cómo somos, pero lo muestra con amor, con humor y con amor, no con el látigo, del tipo "¡Somos la mierda!". Somos así, pero si lo vemos, si lo aceptamos, si nos reímos, lo podemos ir transformando. Es una linda forma de transformarse.
-¿Qué es lo que más te gustó del personaje que hiciste?
-Todo, todo. Era un personaje muy difícil porque la hipocresía es muy difícil de actuar. No tenés que hacer una cosa gruesa, sino muy sutil. Y fue muy difícil de hacer. Eso fue cuando porque primero yo dije: "¿Qué es esto? Entra con un zorro y dice 'Qué calor'". Me quedé y dije: "¿Está loca? ¿Qué le pasa?" (risas). Hasta que me di cuenta que ahí estaba definida la hipocresía.
-Y si lo tuvieras que interpretar ahora, ¿cambiarías algo del personaje?
-No, no porque me parece una pena cuando lo hacen y lo hacen grueso. Se perdería. Bueno, en algunos políticos podemos ver la hipocresía, ¿viste? Te dicen, te cuentan y lo hacen con una "verdad" y te están mintiendo en la jeta. Lo que pasa es que no sé qué buscan cuando hacen otra cosa. Nota aquí.


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