El genocidio persiste
que persiste en Palestina,
es confundir una rima
con un fatal deicidio.
Israel quiere el suicidio
de un pueblo entero, sin rastro,
quiere borrar del catastro
y expulsar de su nación,
su propiedad, su región,
barrerlos sin dejar rastro.
El genocidio persiste,
mientras los más poderosos
quieren reparar los fosos
de una ciudad que no existe.
El noble pueblo resiste
a pesar de tanta hambruna,
unidos, todos a una,
contra tanto desamor.
Justicia contra el dolor,
paz, esa endeble fortuna.
El mundo, como respuesta,
impone, hace y deshace,
Israel sirve de enlace
de un injusta paz impuesta.
Nadie se brinda a la apuesta
de dar a los palestinos
las riendas de sus destinos
y una cuna por estado.
Este pueblo masacrado,
víctima de sus vecinos.
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