
Si fuera cierto que las palabras se las lleva el viento, las avenidas deberían haber amanecido ayer cubierta de sílabas formando remolinos en cada semáforo. Ismael Serrano aireó el viernes estrofas y relatos mil para repetir éxito en esta ciudad con la que tiene una evidente empatía, en una noche en la que el viento jugó a robarle letras de canciones mientras presentaba su nuevo disco Acuérdate de vivir. Nota completa aquí.
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