El cine según Carlos Saura: 90 años de un creador inagotable
El cineasta oscense, que acaba de cumplir nueve décadas y tiene "montones" de proyectos por delante, ha dejado una profunda huella en el cine español gracias a una obra ecléctica y su constante necesidad de rodar para mantenerse vivo.
“Toda la vida es cine y los sueños cine son”. El cantautor Luis Eduardo Aute le dedicó una de sus más célebres canciones a un oficio mágico al que algunos creadores han entregado toda una vida convirtiendo los sueños en cine. Precisamente, eso es lo que ha hecho a lo largo de más de seis décadas Carlos Saura, que acaba de cumplir 90 años y prácticamente ha dedicado toda su existencia a un arte que ama con pasión. Un artista inagotable que se ha ganado, por derecho propio, un lugar de excepción en la historia del cine español gracias a una obra ecléctica, en la que ha sabido conjugar varios estilos y géneros que le han convertido en un director único e irrepetible de nuestra filmografía.
Nadie puede discutir a estas alturas que Carlos Saura ha dejado una profunda huella en el cine español. Sin su obra no se podría entender la cultura de este país, al mismo nivel que tampoco se entendería sin la aportación de genios superlativos como Luis Buñuel, Luis García Berlanga o Fernando Fernán Gómez. En todo lo que ha hecho (y continúa haciendo) se vislumbra la maestría de un creador inmenso cuya obra ha servido a los españoles para explicarnos quiénes somos. Desde el cine nos ha hablado de nuestros fantasmas, cuando pocos se atrevían a hacerlo, y lo ha hecho con desgarro y simbolismo para retratar los efectos de un país convulsionado por el franquismo. Su obra irrumpió en 1960 como una bocanada de aire fresco en medio de un cine español donde casi exclusivamente imperaban las películas amables, las comedias y los convencionalismos propios del régimen franquista. Nota aquí.
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