Noche de Reyes
Llevaba salitre en los hoyuelos de la sonrisa,
Mientras del Puerto venía de pasear.
El Sol brillaba por la altiplanicie de su cabeza,
Su paso era más ligero que el viento,
Y arribando como un beso en las cejas de la playa,
Las gaviotas con mi nombre golpeaban la ventana.
Desperté escuchando el martilleo de la lluvia,
Otro seis de enero sin roscón,
Pero sintiéndome como un Rey.
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