martes, enero 28, 2025

Juantxu Bohigues

 Los cafés de Madrid, “túneles del tiempo”

Un camarero del Central, Juantxu Bohigues, coordina un libro que recoge historias ocurridas en los locales madrileños con más solera, como el Gijón y el Comercial.

Cuando estudiaba bachillerato en su Gandía (Comunidad Valenciana) natal, a Juantxu Bohigues las clases de literatura se las daban con las columnas que Manuel Vicent publicaba en este periódico. Hace poco más de 30 años, en un viaje a Madrid, entró en el Café Gijón, se topó de bruces con el propio escritor, y sintió la necesidad de quedarse ahí para siempre.

Hace unos pocos años menos, Bohigues caminaba por la calle de Carretas y se sorprendió al leer en su suelo una referencia a que por allí había existido el Café y Botillería del Pombo, igual que al pasar por la Puerta del Sol y ver que en una de sus columnas una placa recordaba al también desaparecido Café de La Montaña. “En el Pombo recalaba Gómez de la Serna, y en el de Sol, Valle Inclán”, dice Bohigues con cierta tristeza porque esos recuerdos se puedan perder. “Sentí un poco de vergüenza por la facilidad con la que se cerraron esos cafés y tantos otros de Madrid”.

Desde hace ocho años, Bohigues es camarero del Café Central, donde disfruta de dos conciertos diarios, generalmente jazzeros. Siempre ha llevado un escritor en su interior, así que creó desde el café donde trabaja y pasa las tardes un concurso de relatos para aficionados que en los últimos años ha llegado a más de 300 participantes por edición, de los cuales 25 se editan en un librito. “La gente escribe muy bien, hay mucho talento literario desconocido que no encuentra lugar para publicar. Las diversas ediciones que promovimos desde el Central me llevaron a animarme a recopilar las historias ocurridas en los viejos cafés de Madrid, tanto los desaparecidos como los todavía abiertos”

Así surgió Cafés de Madrid que nos dejaron huella, una pequeña guía en la que él mismo, y 13 escritores más, cuentan sus vivencias personales en lugares como el Café Comercial, el Central, el Gijón, el Berlín, el Café del Círculo de Bellas Artes, el Parnasillo, el Manuela o el Galdós.

“No se debían haber cerrado muchos de esos cafés que cuentan la historia de Madrid, creo que cada madrileño tiene una historia especial en el Comercial, o en el Gijón o en el Central”, reflexiona el escritor y camarero. “Este libro es un grito, una llamada de atención. Casi una denuncia. No podemos permitir que desaparezcan”, dice con amable vehemencia.

A pocos meses de cumplir 60 años, Bohigues lleva un poco más de media vida en Madrid: “Me siento muy madrileño y me alimento de las historias de los cafés, que aparecen en todos mis libros” (cinco, hasta la fecha). Hizo algún curso de periodismo, y estudió también para actor en el TAI (Taller de Artes Imaginarias), lo que le hizo dedicarse al teatro durante unos años, hasta que entró como camarero en el Café Comercial, donde se tiró casi 24 años. 

.“Al cerrar por la noche, me quedaba en una mesa para escribir lo que había sido el día, registrar las vivencias para que no fueran como humo que desaparece”, recuerda. Nota aquí.




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