lunes, marzo 22, 2010

Rodolfo Serrano

Pasión

“Entra en mí”, me decías,
la mirada perdida y anhelante.
La piel como si fuera un viento de verano.
El temblor de la carne,
la suavidad caliente de tu aliento
saliendo de los labios.

Completo aquí.

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