lunes, mayo 30, 2011

Rodolfo Serrano

Treinta años, tres meses y seis días
Aunque en este cuerpo, el mismo que tú amaste
hace ya treinta años, tres meses y seis días,
me quedara el sudor de aquellas noches,
el tatuaje azul del nombre que aún me callo,
o sólo el roce suave del labio y de los dedos.
Completo aquí.

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