Los amigos
Ojo conmigo. Con este aviso para lectores comienza Rafael Sánchez Ferlosio su Campo de retamas (Random House, 2015), la reunión de sus pensamientos breves. Para dar la bienvenida establece una desconfianza: “Los textos de una sola frase son los que más se prestan a ese fraude de la profundidad, fetiche de los necios, siempre ávidos de asentir con reverencia cualquier sentenciosa lapidariedad vacía de sentido pero habilidosamente elaborada con palabras charol”.
Un pecio es un resto de la nave que ha naufragado. Ferlosio llama pecios a sus reflexiones. Pensar de forma seria no sirve casi nunca de refugio, no regala un consenso tranquilizador. Las ideas gustan de la radicalidad, se sumergen, quedan escondidas en los fondos, reflotan, buscan su contradicción y su deriva. El pensamiento suele llevarse la contraria, detesta la palabra única. Por eso necesita la desconfianza más que las trampas de lo único y lo indiscutible. Ojo conmigo. Nota aquí.
Un pecio es un resto de la nave que ha naufragado. Ferlosio llama pecios a sus reflexiones. Pensar de forma seria no sirve casi nunca de refugio, no regala un consenso tranquilizador. Las ideas gustan de la radicalidad, se sumergen, quedan escondidas en los fondos, reflotan, buscan su contradicción y su deriva. El pensamiento suele llevarse la contraria, detesta la palabra única. Por eso necesita la desconfianza más que las trampas de lo único y lo indiscutible. Ojo conmigo. Nota aquí.
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