“Astor Piazzolla era un tipo único en todo sentido”
El guitarrista, que acompañó al autor de “Adiós, Nonino” durante veinticinco años, repasa en su libro cientos de anécdotas desopilantes con el bandoneonista como protagonistas, además de reafirmar su admiración por su música “cincuenta años adelantada”.
Primer acto: Astor Piazzolla se levanta a las siete de la mañana, sale a caminar por Río Hondo (Santiago del Estero) y le alquila un mono bravito a un vendedor ambulante, luego va hacia el hotel y, sin dudar, lo arroja dentro de la habitación del pobre Elvino Vardaro. El violinista se despierta cuando el mono empieza a chillar hasta que ambos, el mono y Vardaro, se largan a correr por los pasillos. Tienen que venir los bomberos para llevarse al primate, porque nadie puede parar. Nota aquí.
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