domingo, junio 09, 2019

Rafa Mora

LATIDO
Con delicadeza, la luz se posa tranquila sobre el pozo.
Rompe la tarde en tormenta.
La lluvia riega el asfalto. 
Cerca, un mirlo canta.
Del pozo llegan voces lejanas.
Las oigo, pero las ignoro.
Escucho ensimismado al mirlo mientras canta.
Las voces están más cerca.
Gritan desesperadas para que abra el pozo.
Pero el canto del mirlo me tiene cautivo.
Cesa la lluvia.
Ya no se oyen voces.
Todo queda mudo y quieto.
El mirlo ya no canta.
Y un reguero de sangre se filtra entre las grietas del pozo, ya en silencio.
Así late el mundo cuando no lo escuchamos.

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