Pacto del vino en la ‘milla de oro’ de las bodegas de Ribera del Duero
Arzuaga Navarro, Abadía Retuerta y Pago de Carraovejas lanzan un plan común de turismo para incentivar las visitas a denominación de origen
Viñas hasta donde alcanza la vista. Conducir por la nacional 122 entre Valladolid y Soria arroja una estampa de cepas por todas partes, con el río Duero como proveedor oficial de riego en un entorno idóneo para la producción vitivinícola. Esta imagen resulta inalterable durante kilómetros en la conocida como milla de oro del vino, pues allí se asientan decenas de bodegas que acumulan siglos mimando la uva. Tres de las más conocidas nacional e internacionalmente se encuentran en un rango de media hora al volante: Abadía Retuerta, Arzuaga Navarro y Pago de Carraovejas. Estas firmas coincidían hasta la fecha en su proximidad geográfica, en su pedigrí, en poseer sendas estrellas Michelin en sus restaurantes y en las experiencias enológicas ofrecidas al visitante.
Ahora han dado un paso más mediante la idea de aliarse, combinar sus virtudes y tratar de ofrecer una experiencia más amplia para el viajero, que en la mitad de los casos es extranjero y que viene sin mirar mucho el bolsillo. El proyecto se llama N-122 Valle del Duero y persigue mostrar que en esa zona no solo hay racimos y barricas, sino un amplio patrimonio cultural, paisajístico y gastronómico. Nota aquí.
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