domingo, agosto 03, 2025

Diego Capusotto

 Diego Capusotto: su relación con Alfredo Casero, por qué no está en Cha Cha Chá ni volvió con Todo x 2 pesos y su estreno en calle Corrientes

El 7 de agosto, debuta con la obra "Tirria", una comedia negra y grotesca, en el Metropolitan, donde lo acompañarán -entre otros- su hija Eva.

Cuenta que se hizo actor por descarte, que el dinero no lo moviliza y que no necesita afinidad ideológica para trabajar con alguien.

También revela por qué rechazó interpretar a José de Zer, en la biopic que finalmente hizo Leonardo Sbaraglia.

Diego Capusotto tiene algo que casi nadie tiene: fama. Algo de lo que se habla todo el tiempo sin que la mayoría sepa bien de qué se trata. El que no es famoso juzga actitudes de famosos. Los famosos se miran entre ellos, se comparan, se pelean, habilitan programas de chismes solamente ocupados por gente conocida.

La fama suele tener un correlato basado en el poder adquisitivo. Un famoso se mueve en determinado coche, vive en determinado barrio, veranea en determinado lugar. El famoso, además, posee un nuevo activo: la posibilidad latente, y lucrativa, de ser influencer.

Sin dudas es uno de los casos más interesantes de la famosidad criolla: vive en Barracas, nos cita en un bar de barrio que a veces usa de oficina, y obsérvese esta elección: desde que dejó Peter Capusotto y sus videos, hace casi diez años, su nombre no ha languidecido pese a quedar asociado a proyectos chiquitos, casi del under y los venerados ‘90.

Si por casualidad uno dijera “Capusotto es el mejor comediante argentino”, alguno podrá pensar en Olmedo, en Francella, en Pepe Biondi, pero nadie pensaría que tal afirmación es insoportablemente delirante.

El tipo llega al encuentro con algo de batik que se tiró encima. Un cocoliche de entrecasa profundo que hace juego con el desinterés de mal necesario que le resulta el periodismo. Idéntica apatía –eso es un logro suyo– nos provoca su vida privada: saber de su señora esposa, si cambio el auto, esas cuestiones.

No tiene muertos bajo la alfombra y lleva casi media vida en un barrio flagrante, con uno de los metros cuadrados más accesibles de la ciudad. Tampoco debe tener vecinos célebres en las inmediaciones de Montes de Oca al 1700, el bar donde nos citó a cinco cuadras de su casa.

Nunca un chisme en todos estos años de gente y popularidad. Eso también debe haber sido un desafío personal. Capusotto es su trabajo, su talento explícito, sus gustos musicales y algunas opiniones biempensantes. No deja saborear el defecto o la bajeza. En ese sentido se muestra mucho más humano el Gordo Casero.

Eva, la hija actriz
Por razones estrictamente profesionales, sin embargo, ahora mismo nos metemos en la intimidad de su hogar y preguntamos por su hija Eva.

-¿Vas a trabajar con ella?

-Si, Eva todavía está estudiando, le faltan uno o dos años, pero tiene experiencia, ya actuó, de hecho estaba haciendo un protagónico. Sin experiencia ella no hubiera aceptado la propuesta.

-¿Le intimida ser Capusotto?

-Mmm... No creo, no sé, nunca lo hemos hablado. Seguramente intenta eludir eso para que no tenga más presencia el apellido del padre que ella misma. Le gusta ser ella, no hace mucho alarde.

-Tampoco se cambió el apellido...

-No, y no se lo va cambiar. Igualmente es inevitable que haga sus propias cosas. Mi otra hija es abogada, algo que yo jamás hubiese sido. Creo que el tema de mi reconocimiento les afectaba más cuando eran chicas y me paraban para pedirme autógrafos. En esa época eran autógrafos... Tienen el padre que tienen y, en este caso, tienen uno que las acompaña. Ser público no tiene vuelta atrás. Ya está, es inevitable.

Diego Capusotto hace unas entrevistas públicas muy simpáticas con la periodista Nancy Giampaolo como partenaire. Empezó siendo algo esporádico y se fue trasformando en una “biocomedia”. Últimamente filmó una película bizarra con su amigo Néstor Montalbano. Escribió un libro de poesía que si tapás el nombre jamás podrías adivinar que él autor es un comediante.

Ahora actuará en una obra de teatro al estilo convencional en la calle Corrientes. Tirria –”palabra de nuestro padres”–, tiene los créditos autorales de la propia Giampaolo y Lucas Nine, dibujante, hijo del prestigioso Carlos Nine. Del elenco participan Andrea Politti, Rafael Spregelburd, Daniel Berbedes, Juano Arana, Eva Capusotto y Galo Politti, hijo de Andrea.

La fama, la pizzería y el público
-Un amigo en común me contó que una vez se cruzó con vos en el cine Lorca y a la salida te dijo de ir a comer una pizza a Güerrín. Le dijiste que no y te tiraste de cabeza en el primer taxi que apareció.

-Es que yo evito lugares donde sé que hay un territorio que no será relajado. La televisión es un medio masivo, no es como el teatro. El teatro es más de gueto. A mí me saludan por la calle por programas de televisión que yo quise hacer. Trabajé por fuera de Chá chá chá y de Todo x 2 Pesos y nadie se acuerda... Nota aquí.





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