domingo, marzo 03, 2019

María Guivernau

DESILUSIONES

Soy del todo intolerante
con las desilusiones.
Detesto el regusto amargo
y el paisaje desolado
que dejan a su paso,
el vacío,
la desgana,
la tristeza.
Pero, sobre todo,
detesto
la incapacidad mía esta
de no advertirlas
y saber esquivarlas
cuando presiento que se acercan.




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