SEGUNDA NAVIDAD
Sí, es la segunda Navidad sin ti, mi niña. Si siempre te echo de menos, en estos días se hace más difícil. Porque es absurdo que todo siga igual, porque es absurdo rellenar un pavo y asarlo y comerlo el día 25 como siempre, como todos los años. Porque es absurdo reunirnos toda la enorme familia si tú no estás. Porque es absurdo que no se haya hundido el mundo. Porque ya nada tiene sentido.
Estoy muy cansada, Ana. Y torpe y lenta y patosa. Cualquier pequeña tarea me cuesta un mundo. Creo que toda mi energía se me agotó contigo, no me conocerías. Ya no soy esa madre que podía con todo. Ahora estoy atenazada de miedo, siempre temiendo que nos vuelva a ocurrir algo horrible. Puestas así las cosas, he decidido dejarme las canas, porque a quién voy a engañar.
No sé lo que sueño por las noches, pero muchos días me despierto llorando. Es como si la pena hubiera hecho nido dentro de mí. Ya apenas escribo, no me interesa la poesía, no me interesa casi nada. Solo tus hijos y tus hermanos y tus sobrinos, pero casi nada más. Bueno, sí, tu perrita, que no sabes cómo me quiere y lo contenta que se pone cuando me ve. En este tiempo he perdido algunos amigos, supongo que los he decepcionado, yo qué sé. Pero bueno, creo que he ganado otros.

0 comentarios:
Publicar un comentario