jueves, diciembre 11, 2025

Quique González

 "Hay más brecha cultural entre mi hija y yo que la que tuve con mi padre"

El músico madrileño afincado desde hace años en Cantabria (y sin pensar en regresar a Madrid) publica nuevo disco, '1973', una fantástica selección de luminosas canciones que aluden a cierto romanticismo generacional.

Quique González (Madrid, 1973) es de esos músicos con los que todavía te puedes tomar un café para charlar sobre su nuevo disco sin necesidad de fanfarria promocional. Y eso que tiene miles de oyentes, llena salas y teatros y su nombre está escrito con letras de oro dentro del panorama musical español de los últimos 25 años. Pero, como siempre, se muestra muy alejado de todo lo que huele a industria y eso genera mucha cercanía. 

Quedamos con él por Alonso Martínez en una de esas visitas que ha hecho a Madrid desde la Cantabria en la que vive desde hace años. Hace ya mucho tiempo que dejó de ser el Quique González que vivía en Lavapiés (en Salitre, calle a la que dedicó su magnífico disco homónimo en 2001) y no se le pasa por la cabeza volver. Tampoco reconocería (del todo) el barrio. Pero sí queda el rockero y el amante de la música. El que la trata con respeto, con cariño y honestidad en estos tiempos tan acelerados, tan de Wizink (o el nuevo Movistar Arena), tan de estadios.

 Lo demuestra en su nuevo disco, 1973 —editado con su propio sello Varsovia— que tiene cierto poso de mirada generacional a los que comprábamos discos (o Cds), DVDs y coleccionábamos revistas. Los que vemos que hay un mundo que se está acabando… Y, sin embargo, no hay nostalgia ni aquello de que lo nuestro fue mejor. González es un músico generoso y así contesta en esta entrevista. Con timidez y un punto de romanticismo. Le espera una gira larguísima y va a llenarla. Tiene todavía mucho público fiel a su música dylaniana y setentera de guitarra, de letras bien escritas y que va más allá del estribillo resultón. 

PREGUNTA. En el álbum La Noche Americana también tenías una canción titulada 73, que aludía a tu año de nacimiento. Han pasado 20 años de ese disco y a mí me parece que en este 1973, aparte del nombre, hay una recuperación de un Quique González de aquellos años (y a cuando teníamos 25 años). O por lo menos una mirada a quien uno es y siempre fue.

RESPUESTA. Sí, yo creo que está bien tirada tu apreciación, porque de hecho cuando hicimos la gira 25 aniversario, eso me obligó a escuchar mis discos anteriores, de hecho hicimos 5 o 6 discos completos durante la gira, y yo creo que eso, no sé si consciente o inconscientemente, o mitad y mitad, me hizo un poco tener cierta perspectiva con lo que había hecho, y yo creo que eso se ha colado en algunas canciones de este disco. Y me parece bonito que sea así, porque también me gusta mirar hacia adelante y tratar de hacer discos que no he hecho, pasar por sitios diferentes, pero también es cierto que somos lo que somos, y que es interesante también recuperar algunas cosas y algunos sonidos y algún tipo de canción que hacía tiempo que no escribía y que me representan también.

P. ¿De alguna manera es un punto de inflexión el disco por el hecho de llamarlo con el año de tu nacimiento? 

R. No, yo no hago los discos pensando que van a ser un punto de inflexión, en nada, yo siempre pienso que es un disco en el que se acercará un poco más de gente o se alejará un poco más de gente, pero es la continuación de un camino. No creo en grandes rupturas tampoco. 

P. ¿Cómo ha sido el proceso de composición de las letras? 

R. Pues mira, la primera canción la escribí cuando estábamos terminando de mezclar Sur en el valle, y de hecho me planteé grabarla e incluirla en el disco, pero me parecía que era un buen punto de partida para lo que venía. Es una canción que está dedicada a mi hija, que me salió un poco por impulso y que se llama STUOPET, el acrónimo de “siempre tendré un ojo puesto en ti”, y bueno, fueron saliendo así las demás. Yo soy muy caótico en la composición. A veces escribo por la noche, a veces escribo por las mañanas, hay canciones que tardo en escribirlas un día y medio, dos días o una semana, y otras que me han costado cerrar la letra casi dos años y medio, no escribiéndolas todos los días, pero bueno, hay canciones que te exigen más, en las que tienes que rascar más, y hay otras que nada más ser paridas, pues ya estás contento con ellas. Nota aquí.



0 comentarios: