"Por suerte, aprendí a no olvidar"
El músico, que vivió su exilio en París, evoca la resistencia en tiempos de dictadura. A los 70 años, tiene una hija de 4 y un alma tanguera.
El Tata, está visto, no es un personaje para entrevistar en un bar cualquiera o en un escenario impersonal. El es su entorno: "Fijate en la foto que está ahí en la pared" o "Mirá esto que está acá en la biblioteca". De no haber sido en su casa -ya instalado en Buenos Aires, después de 30 años en París, donde se exilió en el '74-, la charla hubiera sido otra. Leer nota.
sábado, septiembre 12, 2009
Tata Cedrón
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