Crónicas de Kenia Tour 2015
2. Nairobi.
Durante nuestra estancia en Nairobi nos quedamos en casa de Atahualpa. Se trata de una construcción colonial de una sola planta con un enorme jardín arbolado. Está situada en una de las mejores zonas residenciales de la ciudad. Hay un vigilante keniata constantemente apostado en la entrada, que se ocupa de abrir la verja cuando llegamos o nos vamos. Nuestras habitaciones tienen todas una amplio ventanal con vistas al jardín.
Atahualpa me enseña un timbre que hay en la pared de mi cuarto:
“Este es el botón del pánico. Si oyes que alguien intenta entrar en la casa, lo mantienes apretado durante tres segundos y la policía aparece aquí en menos que canta un gallo. Tienen la comisaría en esta misma calle.”
Es la primera vez que tengo a mi disposición un botón del pánico: un extraño lujo con el que no sé si me siento más seguro.
Atahualpa me enseña un timbre que hay en la pared de mi cuarto:
“Este es el botón del pánico. Si oyes que alguien intenta entrar en la casa, lo mantienes apretado durante tres segundos y la policía aparece aquí en menos que canta un gallo. Tienen la comisaría en esta misma calle.”
Es la primera vez que tengo a mi disposición un botón del pánico: un extraño lujo con el que no sé si me siento más seguro.
No es que Nairobi sea una ciudad especialmente peligrosa en comparación con otras grandes urbes africanas, pero podríamos decir que en realidad todas lo son. Crónica aquí.
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