Lo niego todo . . . Joaquín Sabina en concierto en Puebla
Ya después, de regreso al plató cantó en pareja, así las cosas les salen mejor con Mara Barros esa genialidad de “Que las campanas no suenen…que se me paren los pulsos…
De manera simpatiquísima, Sabina muy a su estilo nos narró sus charlas con el gran Gabo, remembranzas con José Alfredo y la enorme Chavela, su comadre. Y al hacerlo dijo ser muy criticado por presumir de esas amistades, por su poca modestia y entonces gritó: ¡Sí es cierto! – faltó el carajo- . Se declara el de Úbeda, Jaén, superando las adversidades de la salud, el mensaje cifrado del Ictus quedó atrás, y bien dice que viene a nuestro país con gusto porque “México es terapéutico”.
Abrió concierto con “Y, aunque me cuentes todo, lo niego todo…incluso la verdad”.
Pero, ese “adorable viejito” como bien ya le llaman algunas nenas, y él mismo se denomina “un flaco bendito, un trovador castrado y fuera de la ley”; requiere ya de algunas pausas en su actuación, mientras entre- telones, en bambalinas se auto-receta unas botellas de oxígeno, deja el escenario esplendorosamente iluminado con la belleza admirable de Mara Barros – ladies first – y luego uno de los mejores rockeros de España Jaime Azua, seguido de Antonio García de Diego y el más aplaudido Pancho “Francisco” Varona, uno a uno fueron cantando sus grandes éxitos, surgiendo las sentencias: Nota aquí.
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