jueves, diciembre 07, 2017

Daniel Serrano

PAPÁ, NO ME CUENTES OTRA VEZ

Acabo de leer en el periódico la crónica feliz de dos niños del 78 (como yo) acerca de la Transición y sus placeres. Dos niños del 78 pero dos niños buenos (no como yo) y que, básicamente, agradecen a sus papás habernos dado la democracia, una carrera universitaria y un futuro esplendoroso.
Ya.
Pero resulta que, quiérase o no, la Constitución del 78 es papel mojado para una buena parte de la población (que ni la votó ni la ha disfrutado tanto como los firmantes de las crónicas que inspiran estas líneas) y la Transición ha dado, en lo territorial, un resultado fallido, con insurrección en Cataluña, 155 y un Rey contrarreformista satisfecho de haberse dirigido a esa (presunta) inmensa mayoría que cuelga enseñas rojigualdas en los balcones. Nota aquí.

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