miércoles, septiembre 12, 2018

Beatriz Sarlo

“Hay que preguntarse qué se consume y qué se entiende”
La escritora agrupó ensayos en los que reflexiona sobre las formas de transmitir los escándalos faranduleros y el idilio de la maternidad de las mediáticas. “Es probable que, como la historia es siempre la misma, importe muy poco lo que queda”, arriesga.
La curiosidad es uno de los principales motores de Beatriz Sarlo. Si un tema le interesa, si despierta una inquietud, un interrogante, ella lo explora y analiza con la destreza de quien despliega una diversidad de herramientas culturales y literarias, incluida también la habilidad periodística para intervenir en los medios de comunicación. Sarlo se adapta a los lenguajes, sin renunciar a la complejidad, apelando por momentos a un filo de ironía que le da una vuelta de tuerca diferencial a su escritura. No se propone destripar a los famosos, más bien intenta captar el pulso de las narraciones que ellos mismos componen y administran. “Los tipos de discurso mediático (...) comparten las figuras. Se puede encontrar hipérbole en el relato de una pareja que se separa o en el de la llegada de un niño a este mundo; es posible apostrofar a quien se odia y a quien se ama, y así sucesivamente. (...) Se narran batallas amorosas con el estruendo del que son capaces los que transmiten las noticias y los chismes. Por cualquier pequeñez, arde Troya. Y, por el intercambio de nimiedades, se termina firmando una paz hasta el próximo capítulo”, advierte la escritora en La intimidad pública (Seix Barral), un conjunto de ensayos que reflexionan sobre el idilio de la maternidad de las mediáticas y el escándalo como ese espacio, entre realidad y ficción, “que introduce, en lo siempre igual, la detonación de un nuevo giro, aunque la novedad de ese giro tenga también la monotonía de lo siempre igual”. Nota aquí.


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