En el espejo de la “aplanadora sensible”
La banda del oeste bonaerense utilizó la efeméride para reinterpretar las canciones de 40 Dibujos ahí en el piso, ahora rebautizado Haciendo cosas raras, pero a lo largo de tres horas tocó una suerte de compilado de grandes éxitos de toda su trayectoria.
Con puntuales excepciones, Divididos se inclinó hacia el vivo como formato de presentación prácticamente desde hace una década y media. Basta con revisar su discografía reciente para comprender que el trío postergó la tarea compositiva –el último trabajo de estudio con material nuevo data de 2010, y el anterior, de 2002– para concentrarse en el directo, confiado en su rico repertorio y destreza interpretativa. De manera simbiótica, para su público no hay necesidad de sorpresas: los músicos tienen que hacer lo que saben hacer, y todos contentos. Catar en directo la descarga de la “aplanadora sensible” que se instituyó con el cambio de siglo. Es así que Divididos viene rindiéndole homenaje a su propia obra desde hace largo tiempo, por lo que la realización de una gira nacional por sus 30 años de historia, atada a la regrabación de su ópera prima, no es más que una formalización de propósitos. Nota aquí.
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