“A mi abuelo lo mataron por dos estufas”
Víctor Manuel publica 'Casi nada está en su sitio' con coplas a España, arañazos sobre las fosas y a punto de salir de gira
Víctor Manuel ha convivido con decenas de perros. Pero nadie como Tula. Era capaz de bajar cada día con la cesta de la comida para su tío de Ribono a Mieres, donde trabajaba de taquillero en la estación. Tres kilómetros de trayecto. Y regresaba... Era un animal superdotado. Incluso para intuir su muerte. “No se me olvida como cuando ya estaba muy mal, mi abuelo cavó su fosa y ella se metió dentro para tumbarse antes de ser sacrificada”. Víctor reconocería esa tumba hoy a ojos cerrados, pero le da rabia que muchas otras anden sin que sepamos quienes las ocupan. Entre animales de fiar y desmanes humanos, a medio camino por rumbos desdibujados cuando pasas los setenta o su norte fijo en una infancia de silencios, el músico ha compuesto febrilmente su último disco: Casi nada está en su sitio.Nota aquí.
0 comentarios:
Publicar un comentario