viernes, noviembre 30, 2018

María Guivernau

CONGELADA

El frío ha atravesado las ventanas
y me ha envuelto la piel,
congelándome.
Sin abrazo que me deshaga el hielo,
sólo me queda llenar de aire
los pulmones,
estallar en mil pedazos
y rezar
para que ninguno de ellos
te dé alcance.

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