miércoles, enero 29, 2020

Patricia Lázaro

"Gloria pelea" queda en vuestras manos.

Lo primero que hice fue decirle a mi madre que todo iba a ir bien, con convicción, con toda la certeza que pude ponerle a mi voz y después colgué sin adornos, como se hace en las películas.
(Todo irá bien mamá 2015. Ed.Warnner Chapell Spain)
Ellos me advertían de la pelea, y yo, aun conociéndola tan bien como ellos, reivindicaba la gloria.
GLORIA PELEA (2020)
Iba a llamarse “Gloria” como la canción que abre el disco:
Hay olor a gloria en el ambiente, a tiempos buenos, a historias increíbles…
Esa canción contiene un secreto himno, una siniestra oración donde se desenmascara a los farsantes, se homenajea a los puros y se reflexiona sobre la iconografía de la gloria prometida.
Iba a llamarse Gloria, como ese grito en deletreo de Patti Smith sentada en las escaleras del Hotel Chelsea , como la punkicita intelectual encerrada sin discos en el psiquiátrico de Bye bye Blondie. Dentro de Gloria ya teníamos muchos nombres, muchas amigas. Todas, igual que yo, soñando somnolientas con participar de todo lo extraordinario y potente que la vida tiene para dar, y que nos rodea tan de cerca, que casi nos incluye.
Entonces le creció un apellido, un concepto que lo completa, lo apuntala y también lo parodia: "Pelea".
Pelea se esconde y se revuelve detrás de Gloria (despeinada) no suele salir en la foto. Contiene todo el esfuerzo velado, toda la búsqueda incansable; el entrenamiento y el ensayo, el despertador y la factura, el ruido que no te deja trabajar, el silencio denso en el que parece que no trabajas, que ya no existes. En definitiva, todo el trabajo.
Hay un segundo de gloria, un flechazo a primera vista, un olor y temperatura perfecta que apenas dura, pero que afecta y conmueve de la manera más profunda. Como una esperanza o una peste. El público aplaude y vuelta al barro.
Gloria Pelea es una colección de canciones, de narraciones, cuya trayectoria y relación es profunda y antigua, aunque sus canciones sean recientes y se sigan componiendo en el estudio.
En estos doce temas Patricia ordena la potencia más intolerable, el anhelo, la justicia y la emoción. Redacta en verso salvaje lo que todas intuíamos y atraviesa por el camino más improbable (lleno de rokas) los apuntes y las lecturas que la han salvado.
Aquí no encontraréis la compostura del estilo, ni la dulzura del coro en el templo, pero sí podréis presenciar una mente al galope que ha sabido cultivarse desde la emoción, y no al revés, como estamos hartos de ver. Crónica aquí.


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