Cinco años sin Javier Krahe:
"Nunca quiso venderse al sistema"
Aquella noche, a Javier Krahe le costó andar algo más de lo normal. El reloj marcaba las 02.00 y, del bar La ballena verde a su casa veraniega, en Zahara de los atunes (Cádiz), tuvo que hacer tres altos en el camino. "Es una sensación que no identifico. Creo que el whisky no me ha sentado bien", le dijo con media sonrisa a su amigo y compañero Javier López de Guereña. Emulando a Ulises en su Odisea, tras un periplo de 550 metros lograron entrar en la vivienda. Y el cantautor se tumbó un rato en el sofá, a descansar.
"Era un hombre muy normal, pero muy extraordinario", recuerda López de Guereña, guitarrista que compartió con Krahe instantes, dentro y fuera de los escenarios, durante casi 35 años. Le consideraba como un padre, del que aprendió, entre otras cosas, la importancia del sosiego: "Decía que, ante una situación alarmante, lo mejor es no hacer nada. Eso lo hacía fenomenal. Esperar a que deje de ser preocupante por sí sola, aunque esto no sirve si eres el jefe de bomberos", dice entre risas. Nota aquí.
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