ANATOMÍA EMOCIONAL
De los labios aprendo el susurro, no el grito.
De los ojos las ansias de horizonte, no la rendición.
De los oídos aprendo a escuchar, no a oír.
De las manos las caricias, no los golpes.
De la nariz a respirar libertad, no el dióxido de conformismo.
De los pies a caminar sintiendo los pasos, no a deambular.
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