DE MADRUGADA
Rachas de fuertes vientos quieren sus hojas
no es tiempo le dice
es todavía verano en otoño
la luz de madrugada no tiene sombra
tampoco el silencio
el eco de los latidos se aleja
y deja el tiempo sin horas
hay un olor acre que se extiende
que invade nuestros pensamientos y razones
el polvo se confunde con los lamentos
ciegos en la niebla
sólo sabemos del dolor ajeno
por el desgarro de los otros
los hombres somos pasto de nuestros errores
parece que la madrugada lleva la guadaña
¡Cuántos verán los umbrales de la tarde!
muchos de los que están viendo esta mañana
no llegarán a parte alguna
una vez se evapore el agua de la escarcha
el lobo devora al lobo vecino
estamos perdidos en el laberinto
extraviados en nuestros ruines deseos y apetencias
sin norte
sin ilusiones
hemos confundido el camino
como los cangrejos andamos de lado
escudos de egoísmo no nos protejen de los ajenos dardos
suenan las viejas trompetas que inician la batalla
caeremos como flores tronchadas
esparcidas por el yermo
antes de llegar el lobo
jardín dorado.
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