Cuando la Vida es Domingo
Si la vida ya se acerca al domingo
Déjala caracolear en mecedoras,
Que enmudezcan los oráculos de tungsteno,
El cadáver de un reloj se aferra a la muñeca,
Y ella le quiere cobrar por partida doble,
Porque el anacrónico hedor es yugo
Y su hábito deshace al monje.
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