lunes, junio 24, 2024

Robe Iniesta

 Robe Iniesta ama y a los extremoduros se les ensancha el alma

El extremeño se reivindica como una de las grandes estrellas del rock español en el Icónica Santalucía Sevilla Fest, que acogió la gira 'Ni santos ni inocentes'.

"Joder, qué tío más curioso, qué a la contra de todo lo que está pasando", se dijo Ariel Rot en los albores de Los Rodríguez, nada más conocer a un roquero desatramañado que había sido declarado persona non grata en su tierra. "Entre los músicos españoles falta personalidad y locura. Lo que se extraña es gente más loca, más poeta, más artista. Y eso es algo que Robe ha demostrado poseer a lo largo de toda su carrera. Como cantante, como compositor y como ideólogo. Me gustan su poesía, su mundo y su manera de decir las cosas".

Roberto Iniesta Ojea, placentino del 62, los mismos años que ha cumplido durante la gira Ni santos ni inocentes, que atiborra recintos como la Plaza de España de Sevilla, donde este viernes ha recuperado algunos temas de Extremoduro que calaron en el guitarrista argentino y ha defendido su repertorio en solitario, menos bronco que el cancionero agreste de una de las bandas más añoradas del rock español, cuyo regreso y despedida fueron aplazados por la pandemia y luego por el desencuentro con su escudero, Iñaki Uoho Antón.

Amores truncados que también se han visto reflejado en sus composiciones, primero con Extremoduro y ahora con una solvente banda que acopla un violín entre bajos y guitarras, aunque las formas han cambiado y aquellos zurriagazos de sexo arrastrado fueron pulidos progresivamente, atenuando la sordidez y la escatología para brindarnos unos versos que rezuman pasión y ternura y muestran a un hombre vulnerable, alejado del ruido —y del fragor del mundo— y que observa la existencia con la sabiduría de quien estuvo allí y sobrevivió para contarlo.

"Es vital, para disfrutar de la vida, aprender a reconocer el valor de las cosas inútiles, como por ejemplo: la poesía, subir a una montaña, afilar un palo con una navaja, el voto inútil, echar pan a los gorriones o hacer canciones para la paz", confesaba en sus tiempos de Extremoduro, como recoge la biografía autorizada De profundis, de Javier Menéndez Flores. Quizás siga pensando lo mismo, pero hablar con el icono antes de su concierto en el Icónica Santalucía Fest resulta imposible, porque apenas concede a la prensa un par de respuestas de cuando en vez.

Hace años, antes de la extinción de Extremoduro, Robe Iniesta dejaba claro que no le divertía dar entrevistas porque ya sabía lo que iba a decir. Cuando tantas personas están encantadas de conocerse y de escucharse a sí mismas, aquel razonamiento evidente, que no perogrullada, decía mucho de sí mismo: ya se expresa cantando y poco importan sus opiniones. O sea, Robe son sus canciones, aunque a veces le lleve tiempo entender sus propias letras, convertidas ya en himnos nada panfletarios, pues su contestación no es explícita, por lo que el oyente debe rastrear en las estrofas sus versos rabiosos y combativos, pero también sentimentales, costumbristas y, en su día, drogotas. Nota aquí.





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