EL DESIERTO DE ASFALTO
Dadme la mano
no me dejéis solo en este silencio
desierto el asfalto
dejad que me apoye en vuestro abrazo
cayado de mis tristezas
inquietudes del aspaviento
las sombras son el manto
que cubre el inhóspito desvelo
el reloj del pertinaz insomnio
arrastra sus agujas
más que despacio
lentas muy lentas
las horas se alargan blandas
como suspiros del secundero
dentro de los sueños se agita
el lagarto que pone los huevos
mañana crecerán depredadores
devoradores de luz y de los vientos
hay un dinosaurio en el parque
ha venido de años eternos
sigue la madrugada su camino
no hay prisa
ha entrado el otoño
que es la puerta del frío invierno
vendrán días muy crudos
en tierras árticas el fuego
en el campo la niebla engelante
por los caminos graznidos de cuervos
en el páramo la muerte
con su negra capa del miedo
donde se agitan las nocturnas sábanas
de los oscuros lamentos
Oh dioses del sueño sagrado
aventar de mi cama al gran Dragón
que vuela misterioso
sobre la ciudad derruida
por sus fauces escupe el veneno.
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