TRÉBOLES Y ABEJAS
Vuelan melodías.
Me seducen.
Dondequiera que esté.
con su botín de rezos y plegarias.
Solemnes.
Me traen baladas y sombreros.
Tréboles y abejas.
Sandalias y acertijos.
Praderas. Colinas. Orillas. Rocíos.
Néctares. Tambores.
Arpegios escondidos.
Murmullos y arrullos.
Sonajeros y clamores.
Impresionantes cascadas de acentos y sonidos.
Aterrizan en los estambres del tejado donde anido.
Allí florecen. En mi árbol invertido.
Desayunan y cenan a mi lado.
Me aprecian.
Agitan sus alas y sus dados
en manteles que reciclo a diario.
Tejen autopistas de armonía,
por latitudes que desconocía.
Se desvanecen con mi caligrafía.
Bucean por mi frente.
Me entregan su alma.
Saben guardar secretos.
Salpicarme arcoíris.
Arrojarme sílabas.
Me espían desde su velero,
para que no naufrague la ternura.
Si me ven cansado echan las cortinas.
Me cautivan, vibran.
Silban sus raíces.
Aúllan y maúllan. Mecen.
Me desnudan.
Sin ellas; el silencio perdería el equilibrio.
Sin ellas; tu sonrisa seria un espejismo.
Sin ellas; perderían el ritmo los latidos.
0 comentarios:
Publicar un comentario