domingo, julio 06, 2025

César de Centi

 “En Monte Alto es la primera vez que tengo sentimiento de barrio”

Criado en A Gaiteira pero con muchos momentos en la plaza de Pontevedra, el cantautor coruñés valora vivir en una ciudad rodeada por el mar “en donde sientes que formas parte de algo”

Entrevista CTV

Como buen cantautor, César de Centi (A Coruña, 1980) combina a un tiempo su faceta más creativa con una personalidad profundamente idealista y soñadora en la que a cada alegría o, sobre todo, a cada revés le pone una canción. Es un CTV de los de pura cepa, procedente de A Gaiteira pero con muchos momentos familiares junto a sus abuelos, a los que adoraba, en la plaza de Pontevedra. Ahora lleva a gala ser un residente más de un barrio en donde los locales sacan pecho, Monte Alto.  “Yo pienso que soy A Coruña de toda la vida –explica– porque mi familia por parte de padre lleva muchos años viviendo aquí, en A Coruña, pero por parte de madre no, porque nació en Lugo, en un pueblo, lo que está guay, porque tengo un poco de todo: un poco de lucense y un poco de coruñés”.

¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de A Coruña? 

A Gaiteira. Y Méndez Núñez, al lado de casa de mis abuelos. Creo que ese recuerdo está muy bien.

¿A qué colegio fue?

Yo estudié en la Compañía de María, luego me fui a Zalaeta y luego ya entré en la Facultad de Sociología.

¿Y qué recuerdos tiene de esa época?

Tengo buenos recuerdos, en general. Mi infancia siempre me recuerda mi madre; es como otra ciudad para mí. También recuerdo los viernes cuando me venían a buscar, sin que yo lo supiera, mi abuelo y mi abuela y me llevaban por ahí. Nos íbamos a León, a Burgos... Me quedaba todo el fin de semana con ellos de viaje. Eran unos regalos. 

¿Qué tal estudiante era? 

Regulín. Pasotilla. Luego creo que en el instituto era normal, tirando a bien y luego, en la facultad, ya mejor. Pero, mientras estudiaba Sociología, también estaba con la guitarrita mucho tiempo.   

Me llenaba mucho más hacer conciertos, tratar de trabajar de músico que lo otro, así que... Pero,  bueno, sí es cierto que, cuando me puse, saqué la  carrera.

¿Y alguna vez ha ejercido? 

Una vez, en la Asociación de la Prensa, a raíz de unas prácticas. Teníamos que diseñar y realizar una encuesta.

¿Cómo se combina eso de ser sociólogo y músico?

No tiene nada que ver. Son dos profesiones muy jodidas las dos, pero bueno... La sociología como estudio está muy bien. Estás en contacto con la sociedad, con el ser humano, aprendes muchas cosas.

¿Como cuáles? 

Aprendes a comparar, a tener pensamiento crítico y, para el tipo de música que hago, yo creo que viene bien. Es como ser consciente de que no todo es blanco o negro y a no dar por ciertas algunas cosas. Y a leer. La facultad la recuerdo leyendo un montón. Creo que es la parte de mi vida en que más leí.

¿Cuándo descubre que la música es en realidad lo que le llena?

Allá por el año 96, empiezo a escuchar no lo que escuchan mis padres, mi familia, mis tíos, sino que empiezo a escuchar lo que yo quiero. La generación de la canción de autor de los noventa en España, esa generación me causa un gran impacto y fue escuchando un poco esa música. Y creo que también gracias a mis padres. Mi madre trabajaba en Bambuco, esa tienda de discos mítica de A Coruña. Y, cuando estaba embarazada de mí, ponía canciones que luego yo he versionado: Serrat, Aute, Silvio... cositas así que ella ponía en la tienda.

¿Y cuándo empieza a tocar de cara al público?

En el año 2000, más o menos, me doy cuenta de que eso me produce una felicidad diferente. Esa gente me cambia la manera de verlo todo y yo quiero hacer canciones como ellos. A partir de ahí, empiezo a tratar, no de profesionalizarme, sino de hacer mejores canciones y en 2001 decido empezar a salir a tocar en los bares y enseñarle a la gente lo que hago. 

¿No es un mal momento para la música de autor?

En realidad, yo tampoco creo que nunca haya habido un buen momento para los cantautores. Sí que es cierto que en España, durante la Transición, hay un movimiento muy importante. En general, no es música muy comercial, pero hay cantautores jóvenes ahora que funcionan muy bien. Pedro Pastor Guerra es maravilloso, hace un poco lo que hacíamos nosotros en el pasado, pero muy actualizado. Y siempre va haber espacio para eso. Lo que sí que creo es que hay un cambio absolutamente revolucionario del gusto musical, de la música. Con la aparición de la IA, incluso. Es un tema complejo en el que no quiero ahondar porque, si no, podemos estar aquí hablando todo el día (risas). Nota aquí.



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