INGENUO CHARLATÁN
No eres ningún capricho,
Eres el polen de mis desvelos.
Pretendo saborear contigo
Sigo aún estremecido,
extasiado en tu pureza.
Como un niño malherido
huyendo de la tristeza.
Enamorarme quisiera
cada crepúsculo y aurora,
de tu dulce enredadera;
del eclipse de tu boca.
Tu ternura es un hechizo.
Un manantial en el desierto.
Un columpio escurridizo
acorralando a mis deseos.
Vierto amapolas de cariño
en el zaguán de tu belleza.
Al mirarte me derrito.
Cubres mi espacio de huellas.
Mi corazón de velero
ha echado el ancla en tu mar.
He masticado tu anzuelo.
Sangro en tu paladar.
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