miércoles, agosto 06, 2025

Félix Maraña

 Evangelina Sobredo

Medio siglo sin Cecilia,
mujer que cantaba en vivo,
medio siglo decisivo,
medio siglo sin familia.
Otro medio de vigilia,
esperando que los sueños
vuelvan de nuevo a sus dueños
por los camimos de España.
Pero hoy una bruma empaña
aquellos cantos risueños.
Ella viajaba en un carro
y contra un carro se dio
el golpe que la mató.
Y sus canciones de barro,
plenas de brío y desgarro,
vienen para socorrernos.
Ya entonces unos enfermos,
sin visos de curamiento.
Enterraron el contento,
nada nos queda o tenemos.
Y nos dejó su canción
para herencia y su talento,
su crítica y pensamiento,
su alma y su corazón.
Era pasión y razón
en la estrofa, el estribillo.
Aquel su cantar sencillo,
aquel grito que desgarra,
la verdad de su guitarra,
su decir de Lazarillo.



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