Los Caballeros de La Quema en vivo, el arte de la purificación
La banda del oeste supo combinar historia y presente en un concierto que engarzó clásicos con el reciente "Fiesta de zombis". La noche sirvió también como una suerte de exorcismo tras el aquelarre de Javier Milei.
“Buenas noches, monada. Este será un show largo”, advirtió Iván Noble, cantante, compositor y guitarrista de Los Caballeros de la Quema, pocos minutos después de haber comenzado el recital. Y no exageró. A lo largo de dos horas y media, la banda de la Zona Oeste bonaerense alternó sus clásicos con las canciones de su más reciente disco, Fiesta de zombis, subido a las plataformas digitales de música hace menos de un mes, el pasado 19 de septiembre. Se trata de su primer álbum de estudio en 25 años, por lo que no había mejor excusa para animarse a debutar en el Movistar Arena. Hace dos años, cuando se anunció esta nueva vuelta del grupo, parecía que con tocar en el añorado y rico Luna Park bastaba para justificar la reunión. Sin embargo, la cosa escaló hasta convertirse una vez más en un proyecto estable y regular.
En contraposición con esas casi 10 mil personas que asistieron a esta ceremonia “made in 90”, entregadas por completo al trip (algunos se lo tomaron tan en serio que terminaron derrapando como en los viejos tiempos), los que aún no pueden creer todo lo que les está pasando son los propios integrantes de la banda. Y posiblemente ésa haya sido la clave del éxito y sostenimiento de este retorno al ruedo: el paso firme, el piano a piano, el bienestar interno y la reconciliación con la musa. Esa esencia se sigue notando en escena y en esa decena de canciones inéditas (más un cover de “Costumbres argentinas”, a la que oportunamente subtitularon “De yapa”) que dieron vida a este séptimo material, en el que se sigue saboreando ese ADN sonoro que se debate entre la visceralidad suburbana y la melancolía tanguera.
De todas formas, el frontman fue cauto al momento de introducir los flamantes temas, que osaron sacarles lugar a clásicos de la temperatura de “Faisán” o “Zapping”. No obstante, sin darle muchas vueltas al asunto, Los Caballeros de la Quema desenvainó el setlist con un clásico que juega de bis: “Todos atrás y Dios de 9”. Y mientras los fans se abastecían todavía con toda la cerveza y fernet que podían antes de que les cerraran el grifo, los músicos avanzaron con otro tema del disco La paciencia de la araña, “Huelga de princesas”. A continuación, la rockearon bien arriba con la alienada “Pejerrey”, y del álbum Sangrando se fueron a un poquito más atrás, hasta Manos vacías, de la mano de “Patri”, suerte de folk con el que le metieron el freno de mano al acelerador.
“A esta altura de nuestros huesos, ésta será una noche difícil de olvidar”, espetó el cantante. “Arrancamos tocando en barcitos y sótanos, y hoy tenemos el placer de tocar en este lugar preciosísimo”. Para luego hacer el primer tema nuevo, “Alma de mocasín”. Aunque no fue la única alusión al desembarco del grupo en el predio de Villa Crespo. Si “Rómulo y Remo” desató los cánticos iniciales contra Javier Milei, más tarde “Rajá rata” encendió la animadversión unánime contra el presidente. Lo que le sirvió a Noble para recoger el guante: “En este estadio, relativamente joven, pasó gente talentosísima: Iggy Pop, Ca7riel & Paco Amoroso, y ahora estará Silvio Rodríguez. Pero también han pasado otras cosas…”, en referencia al bochornoso recital con el que el mandatario nacional abrió su mitin del lunes pasado en el mismo lugar.
Es por eso que esta llegada de Caballeros de la Quema al Movistar Arena no sólo se pudo entender como una mera performance o como la presentación de un disco, sino también como una suerte de exorcismo luego de la mufa radiactiva que quedó latiendo en esa sala. Lo que alcanzó su clímax de limpieza energética cuando invocaron el country “Hasta estallar”, que se convirtió en uno de los pasajes épicos del show. Antes de que ese clásico irrumpiera en el repertorio, el sexteto ya había tocado uno de sus mejores reggae (a razón de que es el más concentrado, espeso y bien argento): “¿Qué pasa en el barrio?”, donde volvió a destacar la terna de caños invitada, cuya destreza y versatilidad le permitió sacarle brillo tanto a los temas más cadenciosos como a los más rockeros. Nota aquí.
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