"Me baso más en los personajes que en la trama"
El libro, escrito con ritmo de thriller, gira alrededor de un político en la noche previa a las elecciones en las que puede consagrarse presidente argentino.
Son las dos de la mañana y Luis Alberto Camino no puede conciliar el sueño. No es para menos: en seis horas abren las escuelas y comenzará el acto electoral del que puede resultar ganador y convertirse en el nuevo presidente de la Argentina. Su cabeza no para: está ansioso y confiado, proyecta la victoria, su primer discurso, y hasta lo que van a pensar y sentir sus colaboradores de mayor confianza, y también sus detractores de ayer y hoy. Es un hombre que puso absolutamente todo para llegar a este momento. Qué pasará en esa elección, quién ganará, y cómo se reacomodarán sus cosas y las de quienes lo rodean es el interrogante que cruza la trama de Patria y familia (Planeta), la novela política escrita con ritmo de thriller por Sebastián Wainraich. Una obra que se mete de lleno en los recovecos del poder y la ambición, pero con la libertad que le da la ficción, y sin temor a las lecturas e interpretaciones posteriores.
Comediante, conductor de radio y TV, guionista, escritor de dos libros de cuentos y ahora de su primera novela. Así se lo podría definir a Wainraich, que en Patria y familia construye una historia que indaga en cuestiones como el poder, la ambición, las lealtades y las traiciones en la política sin caer en la solemnidad. Una trama ficcional que imagina la posible intimidad de un candidato a presidente que tiene problemas como cualquier ciudadano, aunque con rasgos de personalidad por los que tranquilamente podrían diagnosticarlo como una persona psiquiátrica. Además, claro, sin ser un un hombre cualquiera: gobierna la provincia de Buenos Aires y todas las encuestas lo dan como favorito.
“Me pregunté cómo la pasa un tipo la noche previa a las elecciones, alguien que es candidato a presidente, y a partir de esas preguntas empecé a llegar a ciertas respuestas y la trama se fue armando. Cuando terminé de escribir, encontré otras respuestas. Como que Luis Alberto Camino, el protagonista, es un gran negador. Porque la primera lectura es que el tipo es un psicópata, un hijo de puta, pero cuando profundizás en su historia se lo puede ver como un negador de sus conflictos, que se mete en el barro de la política porque se siente más cómodo ahí, con esos códigos o valores -no sé cómo llamarlos- de poco cariño. En su mundo político, nadie se maneja con amor, es todo por interés, todo por poder, hasta los nombres de sus hijos tienen un interés…Nota aquí.
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