lunes, abril 28, 2025

Héctor Germán Oesterheld

 El secuestro y asesinato del creador de El Eternauta y sus cuatro hijas: retrato de una familia aniquilada por la dictadura militar

En 1977, Héctor Germán Oesterheld fue secuestrado y desaparecido por grupos de tareas, que también acabaron con la vida de sus cuatro hijas, militantes montoneras como él: Diana, Beatriz, Estela y Marina, dos de ellas embarazadas. El recuerdo y el dolor de una familia desmembrada por la violencia.

“Su estado era terrible. Permanecimos juntos mucho tiempo. Uno de los recuerdos más inolvidables que conservo de Héctor se refiere a la Nochebuena del ’77. Los guardianes nos dieron permiso para sacarnos las capuchas y para fumar un cigarrillo. Nos permitieron hablar entre nosotros cinco minutos. Entonces él dijo que por ser el más viejo de todos los presos, quería saludar uno por uno a todos los que estábamos allí. Nunca olvidaré aquel último apretón de manos. Tenía sesenta años cuando sucedieron estos hechos. Su estado físico era muy, muy penoso”. En su testimonio brindado ante la Comisión Nacional de Desaparición de Personas que produjo el informe “Nunca Más”, el psicólogo Eduardo Arias se refirió así al estado en el que se encontraba Héctor Germán Oesterheld -considerado uno de los creadores de la historieta moderna- en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la dictadura militar El Vesubio, ubicado en la localidad de Aldo Bonzi, en el cruce de Autopista Riccheri y Camino de Cintura, específicamente en un predio del Servicio Penitenciario federal (SPF) de cinco hectáreas donde había tres casas, un espacio arbolado y hasta una piscina.

Una familia sola en el mundo

El creador de “El Eternauta”, su obra maestra, próxima a estrenarse como serie protagonizada por Ricardo Darín, también estuvo detenido en otras instalaciones secretas donde los represores alojaban prisioneros de manera ilegal conocidos como “El Sheraton” o “Embudo”, que funcionaba en la comisaría de Villa Insuperable en Lomas del Mirador, y “Campo de Mayo”.

Héctor nació en Buenos Aires el 23 de julio de 1919, hijo de Fernando Oesterheld, de ascendencia alemana y también criolla, y de Elvira Ana Puyol, de origen español y vascofrancés. Si bien su pasión terminó siendo la escritura y el cómic, se recibió como geólogo en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. El cuento con el que arrancó data de 1943, se llamó Truila y Miltar y salió publicado en el suplemento literario del diario La Prensa, donde también supo ser corrector.

Y luego no paró más. El primero de sus personajes trascendentes fue el piloto de pruebas Bull Rockett, que apareció por primera vez en la revista Misterix, en 1952, dibujado por el italiano Paul Campani. Luego siguió el Sargento Kirk, en 1953, con ilustraciones de Hugo Pratt.

A mediados de los años 50 creó la Editorial Frontera, que publicaría la revista Hora Cero. Allí nacieron personajes como Sherlock Time, Ernie Pyke y El Eternauta, que, con dibujos de Francisco Solano López, se publicó entre 1957 y 1959.

Así sintetizó su obra en uno de los últimos reportajes que le realizaron antes de que lo secuestrara la dictadura militar: “El Eternauta comenzó siendo un cuento corto, de apenas 70 cuadros. Luego se transformó en una larga historia, una suerte de adaptación del tema de Robinson Crusoe. Me fascinaba la idea de una familia que quedaba sola en el mundo, rodeada de muerte y de un enemigo ignorado e inalcanzable. Pensé en mí mismo, en mi familia, aislados en nuestro chalet y comencé a plantearme preguntas”, resumió acerca de esta historia de ficción basada en una invasión de extraterrestres donde un hombre común, Juan Salvo, adquiere un papel protagónico. Nota aquí.



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