MORIR DE VERAS I
Sucede que me canso de ser hombre.
NERUDA
afirma Rabanal porque lo sabe,
hemos muerto sin más, por nada grave,
como mueren por la boca los peces.
Pero Luismi sobrepasa con creces
las veras de morir, vivir atado
a una vida que vive de prestado
porque ha muerto de veras tantas veces.
Como mueren los peces por la boca,
la palabra y el mundo nos sofoca
y morimos de veras de repente.
Tan llena de morir tienes la boca
tan llena de vivir, de vida loca,
tan llena de morir continuamente.
© Félix Maraña
[Para el poeta Luis Miguel Rabanal (Riello, 1957), a quien conocí en los días de joven, cuando nos remitía cartas a las revistas Kurpil y Kantil, editadas en San Sebastián, donde publicamos algunos de sus poemas. Y digo conocí, aunque no sea cierto, porque no nos hemos visto nunca. Pasados cuarenta años, recibí un email suyo donde me preguntaba si yo era yo. Jamás me había hecho a mí mismo tal pregunta. Gabriel Celaya, que sabía algo de todo esto, repetía con frecuencia: “La poesía crea amistad”. El soneto es de mi libro "El bosque no es un árbol repetido. Sonetos y soñetos" (Huerga Fierro Editores, 20239].
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