martes, junio 17, 2025

Claudia Piñeiro

 "Acá lo que está en discusión es la realidad"

La escritora explora una historia en la que la muerte de una joven escort despliega un entramado de política, trabajo sexual y espionaje, en un contexto en el que todo es susceptible de ser tergiversado, desvirtuado, manipulado. 

¿Intento de suicidio, accidente o femicidio? Juliana Gutiérrez, una joven escort de veintitrés años, cayó al vacío desde el quinto piso de un edificio en el barrio de la Recoleta. La joven que murió había sido invitada a una fiesta privada en la casa del empresario agropecuario Santiago Sánchez Pardo hijo, sobrino de un excomandante que fue juzgado por crímenes de lesa humanidad y murió en prisión. Verónica Balda, periodista que conduce uno de los programas de radio más escuchados de la mañana, es hermana de la víctima. La exitosa periodista nunca perdonó a su padre, que se separó de la madre y decidió formar una nueva familia. Y nunca quiso conocer a esa hermana. En La muerte ajena (Alfaguara), Claudia Piñeiro, siguiendo la estela de Ricardo Piglia, explora dos niveles narrativos: una historia principal en la que se despliega un entramado de política, trabajo sexual y espionaje; y otra en la que mete el dedo en una llaga periodística acuciante porque todo es susceptible de ser tergiversado, desvirtuado, manipulado. O, como dice la protagonista: “los hechos dejaron de ser lo que sucedió para convertirse en lo que nos cuentan que sucedió”.

El personaje de Juliana Gutiérrez tiene muchas similitudes con la modelo brasileña Emmily Rodríguez, que murió después de caer de un sexto piso en Recoleta, el 30 de marzo de 2023. “Mis novelas siempre empiezan con una imagen disparadora, que en este caso es una mujer que cae de una ventana. No tengo dudas de que esa imagen se me instaló a partir de ese caso. Después lo vi al padre, cuando vino a la Argentina, y tenía que lidiar con el hecho de que su hija le dijo que vino a estudiar. Y vino a estudiar, pero también era una trabajadora sexual VIP”, cuenta la escritora, dramaturga y guionista de TV, autora de las novelas Las viudas de los jueves, Tuya, Elena sabe, Las grietas de Jara, Betibú, Un comunista en calzoncillos, Una suerte pequeña, Las maldiciones, Catedrales y El tiempo de las moscas. 

“La muerte ajena no solamente tiene el anclaje real de una chica que cae de una ventana. Verónica Balda, cuando era periodista gráfica, ganó un premio en España con una investigación sobre un prostíbulo VIP, que está tomado de una investigación que hizo Rolando Graña sobre una mujer (Karina Mujica), que presidía ‘Memoria Completa’ y aparecía en los programas de televisión reivindicando a los militares. Con una cámara oculta, Rolando Graña mostró cómo esa chica tan recatada regenteaba un prostíbulo en Mar del Plata. Después el resto de la novela está ficcionalizada”, aclara la autora de los cuentos reunidos en Quién no; las obras de teatro publicadas en un único volumen Cuánto vale una heladera y otros textos de teatro, y Escribir un silencio, donde compiló sus textos de no ficción.

-La muerte ajena es una novela que trabaja la ficción dentro de la ficción. ¿Qué buscaste a través de la estructura?

-La novela tiene tres partes y lo que me interesaba no es trabajar los puntos de vista, mirar la realidad desde distintas perspectivas, algo que ya hice en otras novelas. Acá lo que está en discusión es la realidad. Eso me parece que es muy actual. A partir de las imágenes de la inteligencia artificial, a partir de un montón de campañas de fake news, no sabemos más cuál es la realidad. Ya no se trata de mirar desde distintos puntos de vista, sino que te cambian esa realidad. Eso es lo que pasa en la novela y literariamente aparece el narrador poco confiable, ese que cuando estás leyendo te preguntás: ¿Me está diciendo la verdad? A medida que la novela avanza te das cuenta de que hay pocos narradores confiables. Nota aquí.



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