"Es mejor la curiosidad que quedarse en la nostalgia"
Con el afilado soporte de su banda Transiberian Express, el guitarrista, cantante y compositor publicó un album a la vieja usanza, que tiene ecos de su carrera pero con una potente actualización sonora. Pero eso es solo una de las cuestiones de una charla de múltiples aristas.
"Creo que esto, así como va, es el fin de la especie humana". Richard Coleman larga una última carcajada y semejante conclusión es suficiente para terminar la conversa, aunque sea en modo apocalíptico. Siempre estará, como dijo minutos antes, el antídoto del arte, "la posibilidad de crear belleza a partir de la cultura, la comunicación, la comunidad, el contar con el otro; esas cosas que hacen especial a este animal que es el ser humano." Es demasiado cierto que no corren tiempos que habiliten mucho el optimismo, aunque el guitarrista, cantante y compositor ofrezca en su flamante disco El (in)correcto uso de la metáfora una buena dosis de confianza en forma de canciones, de perlas como "Eternidad", "Oscuras intenciones" o "Residencia". Aunque esa fe sea apenas la módica ilusión de reconfortar el alma cuando todo se desmorona.
Charlar con Coleman es siempre una instancia disfrutable. La larga experiencia del músico que estuvo en la génesis de Soda Stereo, que le dio forma en los '80 a un baluarte de la renovación estilística del rock argentino como Fricción, transitó inspiradamente los '90 con Los 7 Delfines y sostiene una carrera solista desde hace quince años permite un diálogo de múltiples aristas, que siempre va mucho más allá del acto creativo, de la coyuntura de un paquete de canciones. De hecho, el mismo título del disco se liga con otra de sus obsesiones, casi exclusivamente relacionada con un aspecto técnico de su oficio.
-Hace un tiempo laburaste en una suerte de taller de experimentación con la guitarra, reflexionaste sobre "El (in)correcto uso de los efectos". ¿Qué cosas pasaron en tu cabeza y que te trajeron a este concepto del disco?
-Mi uso enfermo de las palabras también… hay un poco de eso, sí. El concepto de (in)correcto es la ambivalencia, establecer algo que ya de entrada no es lo que parece. Cuando pensé en el (in)correcto uso de la metáfora se me fueron sumanndo una serie de cosas, el contexto de comunicación de hoy en día, el bombardeo de información y de emisores de información. Todo lo ofensivo era literal y de repente todo lo ofensivo era metáfora, una especie de lavarse las manos. Se utiliza como disculpa, como "no, no es algo ofensivo, era una joda, una metáfora". Eso me empezó a resonar como concepto unificador en la idea del álbum, otras cosas a partir de de las primeras percepciones del uso de la metáfora en mi adolescencia, como lenguaje del rock. Si no es una canción de amor directa, el lenguaje del rock pasó de ser absolutamente poesía a ser metáfora, que son cosas diferentes. Una vez que se entendió que "Alicia en el país" estaba diciendo otras cosas, se volvió la canción metafórica más representativa de nuestra generación adolescente. Por más que yo siempre escribí con cierta libertad poética y manejando la ambivalencia de las escenas, considero que el receptor es el que tiene que terminar la idea. Y empecé a notar que había un hilo conductor en varias de las letras. Lo de (in)correcto lo agrego porque si no es una bajada de línea. Y lo que me gusta es que se vea como si fuera un manual, un "Metáforas For Dummies". Nota aquí.
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