"Para mí fue tan importante pedir libertad como pensar qué decimos cuando decimos te quiero"
El poeta español, director del Instituto Cervantes, Luis García Montero estuvo en Buenos Aires dialogó con Bae Negocios sobre su último libro "Un años y tres meses" y la presentación de un texto editado institución "El Papa Francisco, Borges y la literatura"
-¿Qué puede hacer la poesía en tiempos violentos?
-A mí me parece muy importante la reivindicación de las humanidades. Vivimos en un mundo que está sometido al negocio. Vivimos en un mundo donde la ciencia trabaja para la especulación y para las grandes multinacionales. Vivimos en un mundo en el que la transformación tecnológica puede servir para someter, controlar, manipular. Del mismo modo que es tonto quien niega la importancia de la ciencia o quien niega la importancia de la técnica es también un tonto, peligroso quien niega la importancia de las humanidades y de la poesía. La ciencia y la técnica eso lo dijo García Lorca Poeta en Nueva York se quedan sin raíces y se convierten en agresivas contra el ser humano, si pierden su relación con las humanidades. No es lo mismo investigar científicamente para crear en medicina vacunas que nos salven de una epidemia, que investigar científicamente para crear una bomba atómica y destrozar en un segundo a una población. Creo que además las humanidades nos ayudan a tomar conciencia de nosotras mismas, de nosotros mismos. Una poesía para mí no es sólo la que habla de lo mal que está el mundo, es la que se pregunta ‘qué digo cuando digo te quiero’. Yo empecé a escribir poesía bajo el lema de que quería construir frente a la dictadura, otra sentimentalidad porque había visto como mi madre estaba sometida en una dictadura donde las mujeres, condenadas a cuidar a sus hijos y a su marido y renunciar a su propia vida. Entonces para mí fue tan importante pedir libertad como pensar qué decimos cuando decimos te quiero. Y eso quien lo cumple es la poesía y las humanidades. Reivindico esa manera de hacer el mundo humano habitable haciendo que vayan de la mano la ciencia, la técnica y las humanidades.
-¿Y encontró esa respuesta a' qué digo cuando digo te quiero'?
-Sí, encontré esa respuesta. Decir, te quiero, es decir, quiero formar un nosotros en el que no haya un predominio y una identidad imperante, sino que haya una construcción de complicidad entre dos identidades abiertas, que se basan en el respeto, la necesidad de cuidar sin ser cuidado y no en la necesidad de demandar. Y fíjate cómo el decirte quiero está unido con la historia porque ahora estamos asistiendo a un mundo en el que la libertad ha dejado de ser el respeto al propio pensamiento para convertirse en la ley del más fuerte. Los millonarios quieren establecer una dictadura del dinero donde impongan los que les dé la gana sin ningún estado que pueda limitar su ambición e imponer unos impuestos que generen la igualdad. Y la igualdad se está convirtiendo no en un mundo en el que se respeta la diversidad y nos tratamos con respeto, sino un mundo donde la ley del mas fuerte, se quiere hacer homogeneización que todo el mundo viva como yo impongo en mi identidad. Se está potenciando otra vez el machismo, el supremacismo, el racismo y eso pues fíjate que lo que genera no es la fraternidad lo que genera son discursos de odio. Donde ya no es que las víctimas odien al opresor, sino que las víctimas son invitadas a odiarse entre ellas como minorías que no pueden optar a una ilusión común de convivencia. En vez de la fraternidad lo que se nos están imponiendo son los discursos de odio.
-¿Y la poesía? ¿Puede ser un arma contra eso?
-Ceo que sí. Mira, yo me eduqué en un momento donde la poesía social luchaba por la libertad y hubo un poeta español Gabriel Celaya que escribió un poema, la poesía es un arma cargada de futuro y le puso música a Paco Ibañez y fue como un himno nuestro. Quitándole el significado bélico a arma yo creo que la poesía sí puede ser un instrumento que nos ayude a pensar en nosotras, en nosotros y en la construcción de un nosotros basado en el respeto es la necesidad de cuidarse y de ser cuidados y no en el predominio del más fuerte.
-¿Cuándo supo que querías ser poeta?
-Nací en Granada en el año 58 y con 10, 12 años descubrí la poesía de Federico García Lorca. Mis padres tenían en casa el volumen de sus obras completas y tuve la suerte de abrirlo por un poema sobre los lagartos que era casi un poema infantil. Después a mí me ha marcado mucho Poeta en Nueva York, pero si yo llego abrir con 12 años Poeta en Nueva York me hubiera quedado fuera. Pero entré en el poema de los lagartos y yo que vivía a las orillas del río Genil en Granada, una afluente del Guadalquivir y que me pasaba los días cazando lagartijas, lagartos, de pronto me quedé conmocionado con ese poema. Después pues empecé a leer otros. Ya algo mayor, leí un libro donde se contaba la muerte de García Lorca y lo que había sido la Guerra Civil en Granada. Fui creciendo y busqué todo lo que estaba debajo de los silencios en la ciudad con la muerte de Lorca. Me hice un lector porque yo creo que debajo del escritor lo que hay es un lector. Mi primer libro lo publiqué en 1980 siendo ya alumno de la Universidad pero yo conservaba libretas donde hacía poemas desde el año 70 y poco. Nota aquí.
0 comentarios:
Publicar un comentario