TIRANTES DE BARRO
Necesito distraerme.
Ponerme tirantes de barro.
Subir al tranvía de los charcos.
Volar con precisión de ala.
Necesito ser orilla y terraplén.
Abrir el patio, cansar al viento.
Descarrilar con una suela en el andén
y con la otra hacer la tapa de un cuaderno.
Necesito no tener, solo observar.
Atravesar ágoras y espejismos.
Cruzar los vientres azules del mar
para saber que sienten los abismos.
Necesito los párpados del mundo.
Descifrar el bullicio de la entraña.
Renacer cada minúsculo segundo.
Retumbar en la vereda donde los pálpitos se bañan.
Necesito hacer un triple en los jardines.
Alegrarle a los espejos cada instante.
Saborear cada gota, cada brindis.
Declararme atónito constante.
Necesito atreverme a naufragar.
Fondear en la luz inalterable.
Gritar que la ternura no es debilidad.
Fortalecer sin demora a los contrastes.
Necesito nada para todo.
Agitar el sonajero y las campanas.
Intacto y con tacto incorruptible
lanzar flechas con mensaje a las dianas.
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