Salen pétalos del campanario.
El limbo esparce su esencia.
Descubre razones y espinas.
Asteriscos parecidos a cábalas.
Interrogaciones dispersas.
Abismos, leyendas, estragos.
Salen suspiros del reloj de arena.
El vértigo se esconde en su celda.
Las ideas arden en las estanterías.
La melancolía enreda las sábanas.
Cada instante, cabizbajo, se aleja.
Reza una silueta en la alcantarilla.
Solsticio, quimera, presagio.
Salen espigas de los almanaques.
Mariposas con gusanos de seda.
Alientos devorando rutinas.
Misterios encendiendo bengalas.
Inquietudes mareando las aceras.
Sobredosis con racimos de tiza.
Memorias, cenizas, calendarios.
Salen olas con algas de las nubes.
Obituarios encadenados a velas.
Desengaños desnudando utopías.
Incertidumbres ensimismadas.
Rumores destilando polvaredas.
Corazonadas con rímel en la brisa.
Señales, añoranzas, anticuarios.
Salen pipas de kif de los colirios.
Serpentinas de gozo con canela.
Los pinceles al óleo se acarician.
Vibran las tentaciones con el alma.
Hacen cabriolas las estrellas.
Trasnocha aire puro la armonía.
¡Alquimia! ¡Albricias! ¡Desparpajo!
Salen pétalos del campanario.
Guiños abrazándose a diario.
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