“Gracias por validar nuestras vidas”
El director de El secreto de sus ojos relata su emoción por la cifra histórica de espectadores: más de dos millones de personas.
Hace mucho tiempo que he dejado de amar al cine por el cine mismo. En mi infancia, el cine era un pasaporte a la magia, a otro mundo. Era la posibilidad de viajar en un segundo, y sin moverme de mi barrio, a la Transilvania de Christopher Lee, o al campo de concentración de Billy Wilder (un programa doble real del cine Roxy, de Vicente López). Leer nota.
miércoles, octubre 21, 2009
Juan José Campanella
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