El espejo vacío
Siguen a lo suyo. Por ellos no ha pasado ni el verano ni la desolación. Para ellos no han cerrado varios miles de tiendas, los colmados de siempre, no hay empresas que caigan ni unas colas terribles bajo el filo del paro. Para ellos todo sigue intacto, como siempre, y siguen a pedradas verbales como ayer. No ha pasado el verano. No ha pasado la crisis. Aquí no pasa nada desde el coche oficial. No es por ser demagogo y maltratar a la clase política, pero ya rompe el torno, la mirada, el oído, estas declaraciones septembrinas que tienen por vigor una repetición de la jauría anterior: una cosa es criticar a los dirigentes por el mero hecho de serlo –lo que también ha sido, históricamente, una postura más estratégica que ideológica: emponzoñar la imagen del político democrático, injuriarlo durante generaciones, para así justificar un régimen dictatorial-, sino que nuestros políticos, hoy, viven al margen de hoy. Crónica completa aquí.
lunes, septiembre 05, 2011
Joaquín Pérez Azaústre
Publicadas por Romano a la/s 12:38 p.m.
Etiquetas: Joaquín Pérez Azaústre
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