miércoles, febrero 22, 2012

Carlos Carnicero

La brutalidad policial extiende la protesta.
Estigmatizar los sindicatos, demonizar las protestas y utilizar la brutalidad policial no solo son atentados a los derechos fundamentales de los ciudadanos. Es además una inmensa torpeza que moviliza a una sociedad que aparecía anestesiada. El Gobierno no tiene una sola imagen de violencia protagonizada por los estudiantes, que en algún caso exhibían un libro ante los agentes gritando “estas son mis armas”. Una malísima operación de marketing para el Gobierno. Crónica aquí.

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